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Lodosa

Alrededor de 5.000 habitantes conforman este típico pueblo de la Ribera Alta de Navarra, centro comercial, económico y de ocio de cuantos le circundan (Sesma, Cárcar, Sartaguda, Padrejón y Alcanadre). El Ebro atraviesa su término por ambos márgenes, regalando uno de los regadíos más fértiles de Navarra.

La villa de Lodosa ha destacado por sus excelentes comunicaciones. La  carretera nacional que unía Zaragoza y Bilbao atravesaba el Municipio, y ahora lo hace la autopista Vasco Aragonesa. El pueblo se encuentra situado en la confluencia de las carreteras comarcales, NA-134; Eje del Ebro, NA-123; Lodosa-El Villar y NA-129, Acedo-Lodosa. Aquí arranca el Canal de Lodosa, de 127 km. de longitud. Su distancia a Pamplona es de 77 km, y de 26 km a Logroño.

Sus suelos de yesos con arcillas y arcillas rojas con capas intercaladas de arenisca, caliza y yeso, con valles arcillo-margosos intermedios junto al agua del río Ebro, reúnen condiciones óptimas para el cultivo de fértil regadío a ambos lados del Ebro, en sus terrazas fluviales. El clima, de tipo mediterráneo-continental, acompaña para la huerta. La temperatura media anual es suave y templada, en torno a los 12-14 ºC, con extremos climáticos que se manifiestan en temperaturas de hasta 1 ó 2 ºC en invierno y veranos de fuertes calores, con temperaturas que rondan los 25-38 ºC. El índice de precipitaciones medias anuales es de 400-500 mm caídos en 50-60 días.

El tipo de vivienda que predomina sigue la tipología usual de esta zona de la Ribera navarra. Las edificaciones más interesantes se encuentran en las calles Mayor y Ancha, con fachadas enriquecidas con característicos escudos de estilo barroco y rococó de los siglos XVII y XVIII.

fuente: www.lodosa.es

El regadío

La huerta de Lodosa es famosa por la calidad de sus productos. Son insuperables sus verduras (borraja, cardo, etc), sus frutales (melocotón, pera, manzana, etc) pero sobre todo sus espárragos y los inigualables pimientos del piquillo, que dan lugar a la Denominación de Origen «Pimiento del Piquillo de Lodosa». Desde el inicio de la primavera con la temporada del espárrago hasta el ocaso del otoño con el final de la campaña del pimiento del Piquillo, la huerta lodosana vive una actividad febril en la que se suceden los diferentes cultivos uno tras otro

La gastronomía. Con tal calidad de productos, la gastronomía es una de las bazas más importantes de Lodosa ya que ha sabido mantener una cocina tradicional de platos naturales y sabrosos, sin recurrir a rebuscadas salsas extrañas o exóticos condimentos, basada en los frutos de los fértiles regadíos. Con todos estos productos se elaboran los platos típicos como la menestra de verdura, conejo con pimientos, cordero al horno o al chilindrón, besugo con pimientos secos, lomo con pimientos, caracoles y setas, o la más amplia gama de pimientos del piquillo rellenos (de carne, merluza, bacalao, etc). La comida campera es casi imprescindible, casio  de un buen «puchero» y unas chuletillas de cordero asadas al sarmiento. Lodosa también ha sabido conservar postres tan tradicionales y típicos de festividades como roscos y rosquillas de San Blas, torrijas y buñuelos de San José.

Las fiestas. Las fiestas patronales, con encierros y festejos taurinos en la plaza de toros, se celebran el 31 de julio. Más propias del pueblo son las fiestas a la Virgen de las Angustias (tercer domingo de septiembre), con uno de los actos más curiosos de Navarra: el toro ensogado. La tradición se remonta, al menos, al siglo XIX cuando los lugareños trajeron un ‘torico’ a fin de honrar con él a su patrona. Una vez por la mañana y otra por la tarde, un toro de gran porte recorre las calles de la localidad tratando de librarse de la soga que sujeta sus cuernos y que varios jóvenes manejan hábilmente evitando que el animal embista a cuantos encuentra a su paso. La plaza de la Iglesia es el lugar de inicio de la carrera de más o menos una hora que discurre sin rumbo fijo y por un recorrido libre exento de vallado.

Las cuevas de Lodosa

Lodosa contó con tres barrios de cuevas artificiales habitadas, uno al este, otro al norte y el tercero al oeste de la villa, que comenzaron a excavarse a principios del Siglo XIX y en los que llegaron a habitar cerca de un centenar y medio de familias hasta la década de los años sesenta del siglo pasado.

La cueva tipo consta de una explanada o «plazoleta» en su frente y una fachada de arena, roca de yeso o muro de piedra orientada, siempre que sea posible, al sur.

De la entrada parte una galería llamada «caño» que forma el eje de distribución de las habitaciones; generalmente la cocina a la derecha y la habitación principal a la izquierda, ambas con ventana a la fachada, más al interior los dormitorios y al final los graneros, almacenes, y cuadras para los animales, como burros, gallinas, etc

Al fondo del «caño» a modo de pozo o chimenea de dos o tres metros de diámetro, se halla la «nevera», elemento autóctono que actúa como extractor de olores, ventila la cueva e ilumina otras pequeñas cuevas destinadas a los animales. Sobre la fachada una zanja inclinada o «quintana» encauzaba el agua de lluvia protegiendo la cueva.

Las cuevas conservan todo el año una temperatura alrededor de 18 ºC, son secas e higiénicas ya que se encalaban con frecuencia.

Este tipo de arquitectura subterránea sana, económica y ecológica, practicada por el hombre desde el neolítico a lo largo de todas las épocas históricas y en todos los continentes, mantiene su vigencia en la actualidad.

Desde el año 2007, gracias al Departamento de Turismo del Gobierno de Navarra, con su plan en Inversiones Turísticas, y al Proyecto «Tu Eliges, Tu decides» de Caja Navarra, podemos disfrutar con la visita a una de estas cuevas el pasado de la localidad y de la población.

fuente: www.lodosa.es

Merendero «El calderín»

Se trata de un merendero situado en la carretera que conduce a Cárcar. Tiene una capacidad para unas 60 personas y cuenta con seis mesas de piedra con bancos dobles, asador central con cuatro huecos, fuente artística de agua no potable, minipresa del agua de la fuente (zona de juncos) pequeño puente de piedra, zona de césped y arbolado (chopos, olmos, plátanos, etc.)

Cuenta con seis mesas con bancos dobles, asador y fuente.

fuente: www.spainmountains.com